¿Usamos o no Power Ridges para retruir incisivos?
Si nos pagaran 100€ cada vez que oímos que los Power Ridges “desajustan”… tendríamos para un par de caprichos interesantes.
En este artículo que analizamos hoy se aborda mediante un modelo de elementos finitos el efecto de estas funcionalidades presentes en varios sistemas de alineadores.
La premisa es clara: durante la retracción de incisivos el máximo estrés se produce en la unión entre la corona y la raíz del diente que se retruye.
A partir de esto, los autores encuentran que en casos en que el apiñamiento es moderado o no existen necesidades grandes de anclaje y torque radicular palatino, no es imprescindible el uso de power ridges.
En casos en que las necesidades de anclaje son mayores porque el torque a aplicar a la raíz es elevado, o que existe pérdida ósea por problemas periodontales previos (lo que desplaza el centro de resistencia del diente), sí concluyen que los power ridges mejoran el movimiento.
De algún modo, refuerza la importancia de la planificación del establecimiento de fuerzas: no se trata de “empujar” dientes de un sitio a otro. Se trata de analizar qué fuerzas se requieren en cada momento, y la posibilidad de “imprimir” en el alineador zonas que realicen más fuerzas que otras redunda en este sentido.
Nuestra opinión
Los Power Ridges no desajustan los alineadores.
Desajusta una mala secuencia: por ejemplo, en aplicar torque radicular palatino sin haber proinclinado previamente la corona (haya o no vaivén en el movimiento).
Desajusta un movimiento complejo: excesivo torque radicular (ante lo que el software incluye estos elementos) que cuesta mover con cualquier sistema, ya sean alineadores u ortodoncia fija.
Como siempre, la biomecánica y el análisis de cada caso al poder: debemos decidir cómo secuenciar, con qué frecuencia cambiar los alineadores, o qué torsión planificamos por alineador y diente para conseguir que nuestra mecánica sea eficiente y evite los desajustes.